jueves, 13 de octubre de 2011

Restauran el hábitat de ranas y sapos.


El grupo de los anfibios es uno de los más amenazados de la Tierra. En nuestro país existen gran cantidad de especies que se enfrentan a graves amenazas, como la pérdida y degradación de su hábitat, la contaminación, las enfermedades y las especies exóticas invasoras (según datos de la última actualización de la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN).

Aunque puedan pasar inadvertidos por su tamaño y su naturaleza huidiza, los anfibios tienen una importante función como indicadores de la salud de los ecosistemas, ya que su sensibilidad a cambios ambientales y a la contaminación hacen que sean los primeros en desaparecer de un lugar afectado por estas alteraciones.

WWF y la Obra social de CatalunyaCaixa han puesto en marcha un proyecto de recuperación de anfibios en las Hoces del río Riaza (Segovia), que pretende mejorar sus poblaciones y sensibilizar sobre la grave situación de estos animales.

Existen hasta siete especies de sapos, sapillos, ranas y gallipatos en el entorno del Parque Natural de las Hoces del río Riaza, todas ellas incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPE). Muchos puntos de agua antiguamente ocupados por anfibios se encuentran ahora casi despoblados y en un estado de deterioro avanzado. Sumado a otros factores como el aumento de las temperaturas o la contaminación, los anfibios de este entorno natural sufren un declive que reproduce la tendencia general en todo el planeta.

El pasado fin de semana un grupo de 15 voluntarios, coordinados por el personal de WWF, trabajó en la creación de una nueva charca que servirá como un importante hábitat de anfibios. Esta actuación se suma a otras ya realizadas en los meses de verano. Los campos de trabajo, llevados a cabo por los voluntarios de la organización, se dedican a la restauración de charcas degradadas, así como la creación de otras nuevas, necesarias para la mejora de las poblaciones de estas especies. Hasta el día de hoy han participado ya medio centenar de voluntarios.

Los anfibios: el grupo de animales más amenazados del planeta

Lamentablemente los anfibios son uno de los grupos zoológicos más amenazados del planeta según la Lista Roja de la UICN. Casi la mitad de los anfibios del planeta están en peligro de extinción. Las causas de este declive se encuentran en factores como la destrucción de sus hábitats, la toxicidad y contaminación ambiental, el aumento de las temperaturas por el cambio climático, el incremento de los índices de radiación ultravioleta por el debilitamiento de la capa de ozono y a la propagación de plagas y enfermedades emergentes como el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, extendido por todo el mundo y con efectos tan devastadores sobre las poblaciones de anfibios a nivel mundial que ha llegado a ser conocido como el “hongo asesino”.

Al igual que a nivel internacional, en España puede hablarse de una regresión generalizada de los anfibios. En nuestro país, más de la mitad de los anfibios (el 62%) se encuentran amenazados según el Libro Rojo de Anfibios y Reptiles de España. La gran cantidad de extinciones locales de poblaciones de anfibios hace necesario el seguimiento de éstas y la elaboración de un plan de gestión de los puntos de agua, al menos, en los territorios con menor pluviosidad.

Sobre la Obra Social de CatalunyaCaixa

La Obra Social de CatalunyaCaixa fue pionera en custodia del territorio en España al impulsar la creación en Catalunya de la Xarxa de Custòdia del Territori (primera red de custodia de España) y por el número de hectáreas incluidas en los acuerdos que ha llevado a cabo en este ámbito en toda su trayectoria. Por ello, para la obra social es un aspecto muy importante que el proyecto se realice en el que fue el primer ejemplo de lo que sería posteriormente la custodia del territorio en España, impulsado por Félix Rodríguez de la Fuente en 1974: El Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, dentro del Parque Natural de las Hoces del río Riaza. Desde entonces, gracias a la diversidad de acciones de conservación llevadas a cabo durante más de 35 años y a la implicación de la población local, el Refugio de Rapaces constituye un modelo de referencia para la convivencia entre el hombre y la naturaleza.