miércoles, 31 de agosto de 2011

Las plantas pueden matar: los venemos más potentes son naturales.

Los venenos más potentes que existen no los ha fabricado el hombre, son siempre de origen natural. Algunas ranas, serpientes o arañas producen venenos letales capaces de acabar con la vida de una persona en segundos, y otros compuestos de hongos o plantas pueden hacer lo mismo. Tristemente, lo hemos comprobado estos días con la noticia de la muerte de dos jóvenes por la ingesta de estramonio en un acto tan absurdo como peligroso.

¿Qué es el estramonio?

El estramonio es una planta vascular de la familia de las solanáceas, familia a la que pertenecen un gran número de especies de huerta como el tomate o la patata y otras de interés comercial como la planta del tabaco. La hipótesis más probable es que sea originaria de Centro América, y que su introducción en Europa tuvo lugar en algún momento del siglo XVI, quizá por medio de sus semillas mezcladas con otras de especies comestibles. Es por tanto una especie exótica, aunque no provoca grandes problemas en el medio natural al invadir siempre ecosistemas creados o alterados por el hombre. Por ejemplo, es común en barbechos y márgenes de cultivos, cunetas, escombreras o solares urbanos. Causa perjuicios económicos al invadir cultivos de forma masiva, o cuando es abundante en pastizales pastoreados por el ganado.

¿Qué lo hace tóxico?

El estramonio contiene una gran cantidad de alcaloides muy tóxicos como la atropina o la hiosciamina, que se concentran especialmente en las semillas. Sus efectos sobre la salud se deben a su interacción con el sistema nervioso parasimpático, aquel que controla las reacciones involuntarias de nuestro cuerpo como la regulación del ritmo cardíaco o los movimientos peristálticos de nuestro intestino. La atropina bloquea los receptores de las neuronas que forma el sistema parasimpático, provocando aumentos en el ritmo cardíaco, dificultades en la visión, vómitos, espasmos, delirios y en casos graves la muerte. De forma controlada, la hiosciamina se administra en casos de dolores intestinales agudos por su efecto antiespasmódico.

Difícil de erradicar

Una sola planta de estramonio es capaz de autopolinizarse, fructificar y generar semillas viables por sí misma, y sus semillas pueden vivir en el suelo durante largos periodos de tiempo. Estas características biológicas, unidas a la amplitud del área invadida y el tiempo pasado desde su introducción, nos dice que la erradicación del estramonio es una solución casi imposible, aunque hay experiencias de eliminación puntual en áreas naturales protegidas.

Educar, y no prohibir

A diario convivimos con plantas de gran toxicidad, algunas exóticas como el estramonio y otras autóctonas como el tejo o la cicuta. Algunas raras y otras que plantamos en nuestros jardines como las adelfas que se emplean alegremente en los parques infantiles. El uso de estas plantas por sus propiedades sicotrópicas se remonta a hace milenios y no parece que se vaya a acabar mañana. Si pretendemos evitar usos inadecuados del estramonio o cualquier otra planta por nuestros jóvenes la solución, como siempre, está en el diálogo y la educación en casa, en la escuela y en la sociedad.

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